La ferretería con los profesionales de toda la vida.
Ubicada junto a la frontera que separa L’Hospitalet y Barcelona, la Ferreteria Tormo es un negocio familiar que lleva cuatro generaciones participando activamente en la vida comercial y social de Collblanc, un barrio de clase trabajadora, siempre efervescente, pintoresco y diverso.
‘LA BOTIGA‘, tal y como nos referimos a ellos los miembros de la familia que la regentamos, ha sido testigo de los cambios urbanísticos, demográficos y sociales que ha experimentado la zona a lo largo de casi un siglo.
Fundada por la Benvinguda y Jaume, en 1929 se trasladó del barrio de Sants al Pasaje Costa, donde continúa hoy en día dando servicio, junto a un mercado que entonces eran cuatro paradas mal contadas que ponían los campesinos.
Después de la guerra y empezando literalmente de cero, Pepita tomó las riendas. Lo hizo contraviniendo los preceptos de la época en que ver a una mujer llevando un negocio de estas características y dando órdenes a subalternos hombres no era lo habitual. Lo hizo con pasión, con pericia, con determinación y amor, y con el apoyo incondicional de su marido Juan en las labores de administración.
Muy pronto se incorpora Rosa, la hija de ambos que, con una entrega y compromiso total con el trabajo, amplía el negocio introduciendo la venta de objetos de decoración, regalo y una gama más extensa de menaje del hogar .
Las distintas generaciones hemos nacido, crecido y nos hemos hecho grandes como lo han ido haciendo nuestras clientas, muchas de las cuales conocemos desde que nacieron. Llevamos en la sangre la vocación de tenderos y nos gusta nuestro trabajo, que consiste básicamente en proporcionar una experiencia de compra satisfactoria a cualquier cliente, tanto si viene a comprar un tornillo como si quiere llevarse todo el ajuar para su casa.
Servir al cliente lo mejor posible, aconsejarle con honestidad y hacerlo con compromiso y entrega, ésta es nuestra filosofía y la del equipo que nos acompaña desde hace más de 45 años.
Prisca, Josefina, Dalia y Ana, son nuestro activo más preciado, cuatro personas con una calidad humana y una valía profesional excepcionales, sin las cuales habría sido imposible salir adelante.
Gracias a ellas por su fidelidad y entrega.
Gracias a los clientes y clientas por la confianza todos estos años.